totalmente recomendable para unas vacaciones relajadas

Acogedora habitación, acogedora atención con una cama muy cómoda y un personal increíblemente amable que nos brindó excelentes recomendaciones para explorar la ciudad.

Nada que decir.

Una estancia perfecta en este hotel en el casco antiguo. La habitación era práctica, con un buen diseño y de calidad excelente y tenía una ducha adaptada, una ducha y un secador de pelo, fue genial. Un desayuno caliente con zumo y también huevos cocinados por encargo en un ambiente tranquilo. La ubicación era ideal y bonita y el parking gratis estaba en la propiedad. Me alegró encontrar Restaurante La Romana, que estaba no muy lejos del hotel y servía buena comida.

Un lugar insuperable, he pasado un tiempo magnífico.

Además, el alojamiento estaba muy bien situado a una distancia moderada de la Plaza Nueva. El cuarto era espacioso, tenía camas suaves. El WiFi gratis era bueno y el servicio era excelente.

Hotel con una ubicación inmejorable, frente a la ría y el Guggenheim. La habitación era moderna, aunque noté la falta de algunos detalles como amenities en el baño. Un 4 debería ofrecer más que solo café e infusiones. La calefacción falló en ambas habitaciones. Personal amable y desayuno buffet completo. Sin embargo, la limpieza dejó que desear. Me sorprendió encontrar que un hotel de esta categoría carezca de ciertos estándares. Parking cómodo y fácil acceso a pie a todas partes. Soy tolerante con inconvenientes, pero varios errores en una sola estancia son difíciles de pasar por alto. Potencial bien utilizado, pero debe mejorar en detalles cruciales.

posicion

pequeña habitación de 4 estrellas con aire acondicionado antiguo y con mal funcionamiento. cuarto de baño separado de la habitación con una puerta que no respeta la privacidad. una fachada rediseñada pero no sustancial.

Hotel cómodo con buena conexión Wi-Fi, pero el desayuno es caro.

Localización y ubicación

El cuarto de baño de mi habitación (401). No puedes quedarte sentado tranquilamente en el vater.

muy buena atención pero instalaciones algo anticuadas

La atención al cliente siempre fue excepcional, desde el primer día hasta el último. Las vistas a la ría y al Guggenheim son realmente impresionantes y te alegran el alma cada mañana.

Las instalaciones se notan un poco pasadas de moda.

Gran ubicación a orillas del río, conveniente tanto para el Museo Guggenhaim como para el casco antiguo. Habitación tranquila y bien amueblada. Personal muy servicial. Un desayuno un poco caro. El garaje debajo del hotel es muy conveniente y se puede llegar a él en ascensor.

nada

hospedarse en el hesperia bilbao es una experiencia inolvidable gracias a su ubicación inmejorable, comodidad de las habitaciones y excelente atención

Ubicación perfecta, limpieza impecable y excelente desayuno.

Confort de las habitaciones y la disponibilidad del personal en la recepción. Quise dejar mi equipaje porque era temprano pero me asignaron la habitación inmediatamente.

el desayuno tal vez un poco caro

La habitación era amplia y muy cómoda. La cama ofrecía un gran confort que garantizaba un buen descanso. Sin embargo, el aire acondicionado tenía un funcionamiento limitado; tuvimos que pedir asistencia para que funcionara adecuadamente. Las vistas eran espectaculares, gracias a un upgrade a una habitación superior. La iluminación era buena, pero el ruido de las habitaciones contiguas se escuchaba con claridad. La limpieza general dejaba un poco que desear, especialmente en el baño, donde había áreas que no estaban bien atendidas. El espacio para las maletas era algo reducido y el armario tenía problemas para abrirse.

La ubicación es inmejorable, al lado del río y cerca del Guggenheim. Las camas son extremadamente cómodas y la ropa de cama excelente. El desayuno, variado y delicioso, merece un aplauso, aunque el servicio de las máquinas de café fue un poco inconsistente. La habitación era tranquila, pero tuvimos problemas con el aire acondicionado y la limpieza tardó en hacerse. El parking es algo caro, como en toda la zona. A pesar de algunos inconvenientes, el trato del personal, especialmente de Rakel, fue excepcional. Sin duda volvería por la comodidad y la atención recibida.

Ambiente moderno y limpio. Posibilidad de aparcamiento interno de pago. Una máquina de café en la habitación. Ubicación intermedia entre el Guggenheim y el casco antiguo, ambos a poca distancia.

Una habitación pequeña para tres personas. La puerta corredera de cristal del baño no garantiza mucha privacidad.

Posición envidiable . Posibilidad de aparcamiento. El desayuno estuvo genial.

Entrada al hotel por la calle lateral.